En definitiva propiedades que las cajas se han visto obligadas a aceptar ya que el propietario (empresa o particular), no puede hacer frente al pago.
Los principales problemas a los que me enfrento y que suelen ser los habituales de muchas entidades financieras que tratan de vender inmuebles son los siguientes:
- Fichas de producto muy pobres, con poca información y en algunos casos en formatos difícilmente exportables.
- Poco contenido multimedia, las fotos son escasas y de muy mala calidad y en nuestro caso concreto todavía no hemos recibido ningún vídeo o tour virtual.
- Los inmuebles no están en precio de mercado, cada entidad debería de hacer un esfuerzo por actualizar esos precios, no es tarea fácil ya que eso supone declarar pérdidas y por tanto provisionar por las mismas.
- La atención al cliente no es eficaz, en muchos casos se tardan semanas en contactar con clientes potenciales que están interesados en inmuebles concretos.
La verdad es que poco a poco se va viendo que ciertas entidades se van adaptando a este nuevo escenario inmobiliario que les ha venido impuesto, aunque esta adaptación se produce de manera lenta debido al momento que están pasando, marcado sobre todo por fusiones o intervenciones.